¿Cómo afectan los trastornos alimenticios a los dientes?
Los ácidos estomacales por gastritis o vómitos traen a nuestra boca son el principal enemigo de los dientes de las personas enfermas por trastornos alimenticios.
Las enfermedades alimenticias son un problema de salud muy grave que debe ser tratado por los profesionales correspondientes, psicólogos o psiquiatras especialistas en la cuestión. En el aspecto de la curación, el dentista poco tienen que ver, pero sí que es verdad que en muchas ocasiones los odontólogos son los primeros en diagnosticar el problema debido a las afectaciones en la boca de los pacientes. Y es que tanto la anorexia como la bulimia suponen un inconveniente directo para nuestra salud bucodental.

Aunque ambos trastornos alimentarios son muy perjudiciales para la salud, la bulimia es la que más la afecta. El hábito de vomitar provoca una producción superior de ácidos estomacales que atacan directamente el esmalte dental dejando la dentina al descubierto con todos los problemas que esto supone. Causa sensibilidad en los dientes, aumenta de forma drástica el riesgo de padecer caries (también relacionado con la bajada de las defensas) y de no curarse el trastorno llega a gastar tanto los dientes que los va haciendo más pequeños. El hecho de tener ataques compulsivos y de comer ciertos alimentos altos en azúcar tampoco ayuda nada a los dientes, que estando débiles se ven atacados de forma directa.

Las afectaciones directas de la anorexia están más relacionadas con la osteoporosis. Ésta produce una descalcificación de los huesos de todo el cuerpo entre los que están también los maxilares, debilitando la estructura donde se sujetan los dientes. Este problema suele acarrear fracturas de las piezas o incluso la pérdida de los dientes que, con el tiempo cada vez están peor sujetos.

Podríamos decir pues, que los trastornos alimenticios provocan problemas de salud en muchos de los sistemas del cuerpo, hecho que los hace todavía más temibles. El dentista puede aconsejar algunas conductas para intentar evitar los daños relacionados con ellos durante la enfermedad como por ejemplo la aplicación de flúor para remineralizar el diente o aconsejar a no cepillar los dientes justo después del vómito para no dañar más el esmalte dental. Pero hasta que no se cure el paciente no podrán iniciar un tratamiento para recuperar la salud bucal. Un proceso que suele tener que ver con reconstrucciones dentales.